¿Drácula, Dracul, Vlad? ¡Bah...!

Otrora figura imponente que sembraba el terror a su paso, Drácula recoge ahora penurias, preocupaciones y melancólicas cavilaciones, mientras asiste atónito a la decadencia de un entorno sometido a todo tipo de atrocidades que dejan en anécdota su macabra y vampírica leyenda. Así, en sus horas más bajas protagoniza episodios de una existencia ya crepuscular, como la accidentada búsqueda de una nueva víctima con la que saciar su hambre en pleno carnaval, la visita al dentista para intentar arreglar su maltrecha dentadura, la profunda tristeza por el bienestar de su amada o el encuentro con el mismísimo Edgar Allan Poe. En esta obra, publicada originalmente entre 1984 y 1985, Alberto Breccia ejerce como autor completo para desarrollar cinco historietas mudas en las que ofrece una mirada muy diferente al icónico personaje surgido de la imaginación de Bram Stoker. Con una expresividad deudora del cine mudo y un magistral uso del color, Breccia crea un puñado de fábulas modernas sobre la naturaleza humana en las que conjuga ternura e ingenuidad con parodia y crítica social, dando forma a una obra inolvidable presentada a través de una edición que contiene los bocetos realizados por el autor durante la preparación del proyecto.